Una copa con el Señor Grey

  ¿Y si el libro tuviese razón? ¿Y si desde los años sesenta hasta aquí el feminismo no ha hecho más que mezclar el tocino con la velocidad?. Se pueden buscar diez mil razones para comprender porque 50 Sombras de Grey se ha convertido en un fenómeno editorial a nivel mundial, pero después de darles vueltas y vueltas al asunto llegaríamos al mismo punto de partida: en realidad resulta totalmente impredecible prever un best seller y muchísimo menos un fenómeno editorial. Pero eso no quita para que os invite a reflexionar sobre un pequeño detalle que a mí me llama muchísimo la atención.
   El libro propone un tipo de relación que supone un puñetazo en toda la cara al paradigma feminista que casi ya creíamos por completo instaurado, donde no solo se acepta la igualdad absoluta de la mujer, sino que además esa igualdad es llevada de forma simbólica al terreno del sexo.

  Sí, ya sabéis, todo ese rollo de “se acabó la sumisión en la cama” “se acabaron las posturas de mujer dócil y mentecata”, ahora la que ordena y manda es la tia y si se tienen que dar dos ostias entre sábanas las da ella, si se tiene que jugar a insultar o someter también será ella; y por supuesto fuera de la cama la mujer no solo tendrá el mismo trato que el hombre, sino que además, como un intento pueril de venganza y hacer saber que “aquí estamos nosotras”, se llevarán a cabo conductas y se aceptarán mensajes que si fuesen en sentido contrario provocaría una ola de indignación.
  Me refiero a esos anuncios como el de la mahonesa Ligeresa, donde se ven unas maduritas pasando por un paso de peatones mientras de frente viene un muchacho de no mucho más de veinte años, y entonces, la voz en off, con ese tono chupi guay de buen rollo ¿sabes? dice algo así como “Cómete un yogurín”. ¿Os imagináis el mismo anuncio pero siendo unos cuarentones los que miran a una chavala de veinte años? ¿Os imagináis una voz en off diciendo “Cómete a la amiga de tu hija”?. Se liaría parda, ¿verdad?.
  Por no hablaros de esa especie de moda anti feminidad que ha surgido desde hace unos años en la que vestirse con feminidad, utilizar maquillaje o tener gustos tradicionalmente atribuidos a las chicas como afición por el color rosa o cosas así, es visto como una especie de falta de fortaleza como mujer, algo como una frivolización del propio sexo femenino en beneficio del masculino y la continuación de la desigualdad. Valiente chorrada ¿que no?.
  Pues ahora resulta que en estos tiempos que estamos donde lo único que tenemos claro es que no tenemos nada claro, y por supuesto el paradigma de feminismo parece también estar atravesando turbulencias, resulta que llega 50 Sombras y les dice al personal…¿y qué pasa si una tía disfruta siendo tratada como se describe en el libro? ¿es necesariamente eso un atentado contra la dignidad, la libertad y la igualdad del sexo femenino? Quizás puede que sea que nos hemos hecho un lío metiendo en la cama ideologías cuando lo único que debería meterse serían dos personas -o tres, o las que sean - dispuestas a disfrutar y hacer disfrutar al otro.
  Pero claro, también corremos el peligro de caer en la frivolidad de decir todo vale y aceptar la historia del libro como algo normal, sano y hasta casi modélico. Viendo lo plano que es el personaje masculino impresiona muchísimo ver como hay tantísimas mujeres soñando con que se cruzase en su vida un señor Grey. También es algo que las mujeres tendrían que hacerse mirar, vamos, creo yo.

  Y por cierto, para concluir, y esto ya es mera subjetividad mía. Me parece curioso observar como en pleno contexto de crisis mundial donde la incertidumbre ha inundado de lleno nuestras vidas, resulta que el libro más leído es una historia donde una muchacha entra en el juego de una relación con un tío que está a las antípodas de lo que se supone hoy que es lo políticamente correcto, pero que tiene muchísima pasta, poder, carisma y sobre todo esa sensación de que bajo su mano todo está bajo control. Su control, claro, pero al menos control y seguridad para una sencilla muchacha en un mundo como este donde todo es tan difícil....
  ¿Os acordáis de aquellas mujeres que en los sesenta soñaban con la emancipación de la mujer y querían que todas las chicas trabajasen para tener su independencia y vida propia? ¿Sabéis que el porcentaje de mujeres que abandonan sus sueños profesionales una vez salidas de la universidad es muchísimo mayor que el de los hombres?.

  Cosas que pasan, ¿verdad, señor Grey?.
                                                             @JLScott5

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