Necesito que seáis sinceros ¿Vosotros creéis que a la hora de dar una
opinión sobre nuestras series tenemos la misma actitud que cuando
juzgamos a las producciones inglesas o americanas? ¿Cuáles son los factores
que nos llevan a catalogar una serie española como buena, mala o
regular?.
Este lunes es un día especial para la ficción española, ya que
en la serie Isabel va a fallecer la protagonista de la misma: Isabel
la Católica. ¿Esto es una chorrada que no importa a nadie o es un momento
especial para la ficción de ambientación histórica en nuestro país?. Para mí,
que la faceta que más me apasiona como Licenciado en Historia es la de
divulgador, no puede pasar como un día más. Independientemente de lo que me
parezca la serie creo que lo que ocurrirá el lunes a partir de las diez y media
en TVE bien merece una reflexión.
Mi interés y respeto - al menos a priori - hacia toda producción
audiovisual de ambientación histórica que se produzca en España viene dada por
mi enorme frustración personal, al ser consciente de que nuestro país posee una
Historia que desde Atapuerca hasta ayer por la tarde es digna de
producciones por doquier al estilo de Hollywood. Tenemos siglos repletos de
guerras, traiciones, pasiones, grandes hombres y también grandes villanos,
hazañas asombrosas, mitología propia y arquetipos de leyenda. Tenemos el enorme
privilegio de poseer una Historia que con solo pillar cincuenta años de
cualquier siglo al azar, dejaría en pañales al guión de Juego de Tronos.
Y todo esto que os cuento no lo hemos sabido explotar, no hemos tenido la habilidad de convertir nuestra propia Historia, como si han sabido los americanos o
los ingleses, en un producto de entretenimiento que a la vez que te divierta,
asombre o sobrecoja, difunda a lo largo y ancho del mundo todo el espectacular
recorrido que ha conocido nuestra cultura hasta llegar a lo que hoy es España.
¿Son las series españolas de ahora una buena respuesta a esta
carencia?. Bueno...al menos son un buen intento que sin duda está dando sus
frutos, pero antes vamos a acercarnos un poco a observar de forma crítica tres
series que a mí me parecen importantes.
Cuéntame cómo pasó
Primero: Abarca un periodo de la Historia reciente de España como fueron los últimos
años del Franquismo, la Transición y los años ochenta cuya divulgación al
gran público supone una oportunidad de oro para invitar a gente de todas las
edades a reflexionar sobre unas décadas importantísimas que terminaron de
conformar el país que para bien o para mal tenemos ahora. Además la serie lo
hace magníficamente, haciendo uso de la microhistoria y la macrohistoria con un
trabajo documental tan sólido y preciso que, a veces, da la sensación de estar
mostrando en pantalla un libro de Juan Eslava Galán.
Segundo: Los actores que trabajan en la serie son simplemente
magníficos, desde el matrimonio Alcántara hasta los personajes del barrio,
en general la serie goza de un elenco de profesionales espectacular que nos han
dejado escenas de risas y lágrimas que ya son parte de los mejores de la historia del arte dramático en nuestro país.
Tercero: si buenos son los que aparecen delante de la cámara, todo el equipo
técnico que hay detrás no lo es menos. La serie no es que esté bien hecha,
es que está mimada hasta el último detalle, y tanto es así que a mí me
parece uno de los mayores logros audiovisuales que se han producido en España.
Cuarto: En general goza de un guión bien escrito donde, temporada tras
temporada, consiguen que se mantenga ese feeling que une a los espectadores con
el matrimonio Alcántara. Ahora bien, aquí viene mi mayor crítica. En mi opinión
Cuéntame ha sido una serie brillante que nos ha invitado a todos a conocer
nuestra Historia de una forma magnífica, pero toda buena historia es mejor
si acaba más pronto que tarde y en éste sentido con Cuéntame se están
equivocando. Yo personalmente creo que no habría que seguir explotando a la
gallina de los huevos de oro. Ya dejó cifras records de audiencia como ese
brutal 51 % de share que marcó un tres de Junio de 2003. Y además yo
pienso que desde un punto de vista argumental la serie que empezó tiene poco
que ver con la que sigue ahora, por lo que se está produciendo una progresiva desconexión
de los espectadores que poco a poco no entienden muy bien de qué va la serie y
por ello es mejor terminar ya con dignidad y con unas buenas cifras de audiencia.
De todos modos, muchas gracias a todos los responsables de Cuéntame, ya que ha
sido un placer ver como todos los jueves en miles de hogares en España se reflexionaba,
comentaba y se aprendía viendo nuestra propia Historia, la de
nuestros padres y abuelos; a veces con lágrimas y a veces con sonrisas, pero
siempre con una calidad propia de un producto de entretenimiento en el que ves
que sus responsables se han dejado la piel.
Águila Roja
¿Águila Roja es mala o es buena?, a ver...vayamos por partes que esto
es complejo. La serie es un producto de entretenimiento y resulta que
entretener lo que se dice entretener lo hace y además con unos índices de
audiencia considerables. Eso sí, barata no es, la serie cuesta una media de 1
millón de euros por capítulo. Pero hay que decir que el dinero es bien
invertido, pues la producción luce a lo grande en la pantalla con escenarios
bien construidos y escenas de exteriores en abundancia. Ahora bien, el sabor
que cada capítulo deja suele ser agridulce, veamos el porqué.
Os explico primero lo que me gusta:
- Al igual que Cuéntame, Águila Roja nos
muestra un período de nuestra Historia, el siglo XVII, que para muchísima
gente, sobre todo jóvenes, debe de ser bastante desconocido. ¿Podemos
aprender Historia con esta serie?. Hombre...a ver...no vais aprender
hechos concretos pero sí se muestran (aunque un tanto caricaturizadas) unas
formas de vida, que si luego se acompañan con un poco de interés por
seguir informándose por parte del espectador, hay que admitir que la serie
consigue divulgar de forma divertida.
- La producción explota bien a lo largo de los capítulos
muchísimos arquetipos y figuras de la cultura popular y mentalidad de la
época, es decir, a lo largo de la serie, como si fuese a través de las
páginas de un manual de Historia de la Cultura en la Edad Moderna,
hemos visto pasar multitud de creencias, personajes, fenómenos y todo
tipo de elementos culturales que invitan al espectador a indagar y
curiosear un poco más allá.
- Técnicamente la serie está cuidada, tampoco
excesivamente pulida, pero al menos no está nada mal el resultado
obtenido tanto a nivel de iluminación, sonido, vestuario, decorados,
filmación, postproducción... vamos que en general está guay. No he visto
todavía fallos gravísimos como en la serie de El Corazón del Océano,
donde en dos escenas nocturnas se vio descaradamente el resplandor de un
foco.
- Es más, la serie tiene escenas que están
magníficamente rodadas, como una de exteriores que me dejó impresionado en la
cual Gonzalo huía a caballo de un tornado, donde tengo que reconocer que no pude más que quitarme el sombrero viendo el pedazo de trabajo de rodaje que habían
bordado los tíos.
Cosas que no me gustan:
- Hay actores que son muy buenos y otros que
dejan bastante que desear. Lo mismo puedo decir de los personajes creados
por los guionistas. La Marquesa de Santillana es un personaje totalmente plano y sin evolución, Gonzalo
es un héroe simplón y aburrido, al Rey no hay por donde cogerlo y
al Comisario llega un momento que da hasta lástima viendo como
Francis Lorenzo hace lo que puede para salvar un personaje que jamás debió
salir del portátil del guionista que se le ocurrió.
- Hablando de guionistas: el guión.
Probablemente aquí está el peor defecto de la serie, Águila Roja incluye
una trama principal (la mayor parte del tiempo absurda y sin crear
verdadero interés ni misterio) junto con otras subtramas que surgen
capítulo a capítulo, aderezadas de elementos misteriosos o mágicos que
aportan valor añadido. Podría ser bastante más duro con los
guinoistas, si no fuese porque son ellos los que le dan voz a Sátur, que
es para mí lo mejor que tiene sin duda Águila Roja, y el que todas las
semanas me arranca varias sonrisas.
- Escenas de lucha: Tíos...todos sabemos que
las batallitas en el cine están preparadas como cualquier otra coreografía
de baile. Pero es que en la serie se nota a la legua que es así, os
queda siempre poco natural y además utilizáis recursos para salvar las
situaciones que de increíbles son absurdos.
Mi valoración final es sencilla, me gusta el Aguilucho para entretenerme un
rato y creo que ese millón de euros por capítulo está bien invertido. Aunque
debemos admitir que si la serie contase con los 6 millones de euros
que cuesta cada capítulo de Juego de Tronos podrían hacer algo de un
nivel muy superior.
Y por fin…
¡Isabel!
Si hay un período de la Historia de España
perfectamente llevable a la pequeña o gran pantalla es nuestra Edad Media.
Por eso yo recibí con mucha alegría la llegada de la serie Isabel, ahora
bien, tengo que reconoceros que el resultado no ha sido el que yo esperaba.
Lo que hacéis bien:
- Hay que admitir que mantener la tensión
narrativa es difícil cuando se escriben historias, y vosotros lo
hacéis estupendamente. Normalmente los capítulos tienen un ritmo muy
bien medido, por ello, si algo os destaco primero de nada es un
montaje bastante decente. De hecho es común que a mitad de capítulo
utilicéis hábilmente la explosión de tensión acompañada de la banda sonora
para llevar al espectador hasta el final sin que se mueva del sofá.
- Actores: la serie tiene un elenco muy respetable de actores, aunque hay cosas que no termino de ver. Michelle Jenner es buena, tampoco sobresaliente, pero reconozco que un rostro joven quizás ha ayudado a que el público adolescente sienta más empatía. Aunque en los últimos capítulos no parezca creíble ese rostro tan fresco (por mucho que la maquillan) para una reina medieval mayor y enferma. Otra cosa, Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán, ¡ay Dios!….no tíos, no, no me imagino así ni por asomo a uno de los más fieros militares que tuvo España. Siempre fallamos en lo mismo, un guerrero debe parecerlo. Aún recuerdo cuando en la serie Toledo ponían a Maxi Iglesias como caballero. Mirad Travis Fimmel, de Vikings, ¡Este sí parece un guerrero!. Y por cierto, volviendo a Isabel, Juana la Loca siempre tendrá el rostro de Pilar López de Ayala. Irene Escolar la actriz que la interpreta en Isabel, no lo hace mal pero su trabajo no tiene ni punto de comparación con esa Juana de Vicente Aranda en la escena del llanto enloquecido bajo la lluvia, o la espectacular entrada en las Cortes mientras decían en voz alta su intitulación.
¿Cuál de los dos actores parece más un guerrero? |
- Vestuario: En el aspecto artístico la serie está cuidada, pero si algo hay mimado y trabajado hasta el último detalle es el vestuario. Aquí la serie es simplemente espectacular, tanto cuidan el vestuario que hasta los extras aparecen magníficamente vestidos.
Aspectos negativos:
- Batallas ¿Hola? ¿Alguien me puede explicar porque no
grabáis ni una sola y cuando lo hacéis solo se ve el campo de batalla
después de la acción con un humillo falso hecho con After Effects?. Las escenas
de batalla son una de las grandes asignaturas pendientes del cine español,
parece que no sabemos aún darles la épica y espectacularidad del cine de
Hollywood, y no es porque no seamos capaces, ya que tenemos técnicos
buenísimos. No sé bien qué falla exactamente, pero el caso es que con
Isabel hemos perdido la oportunidad de grabar al menos una gran escena de
batalla por temporada donde el público se quede con la boca abierta.
- Escenas teatrales: En Isabel se abusa
mucho de las escenas de interiores, faltan respiros para el espectador más
allá de las tomas panorámicas de castillos, fortalezas o ciudades
retocadas por ordenador. Echo en falta mercados, escenas campesinas, que
aparezcan oficios, que se vea la vida cotidiana de ciudades y
castillos...¡Que se note que la serie está viva y no es solo un bonito
decorado!. La culpa la tiene el tono que le han dado a la
serie, el cual consigue que parezca teatro y del aburrido en vez de una
serie de ambientación histórica con potencial para atrapar a toda clase de
públicos. Por favor, señores guionistas, para la próxima haced que los personajes rían, jueguen, corran, se
diviertan, coman, beban, se desperecen, tosan, se resfríen, hagan el
tonto…¡que estén vivos, en definitiva!.
- Banda sonora: La banda sonora es como el tono general de la
serie, excesivamente seria y solemne. Y no solo eso, abusan de las
piezas corales con un sonido que no deja escuchar los diálogos. No me
gusta la banda sonora, tampoco os voy a pedir que pongáis canciones de pop
o rock como en Marie Antoniette de Sofía Coppola (aunque lo preferiría sin
duda), pero al menos algo más fresco y, que a la vez, haga vibrar
cuando se necesite.
Conclusión:
En resumen, creo que los resultados que estamos teniendo a la hora
de llevar a la TV nuestra Historia no están siendo nada malos si tenemos en
cuenta los presupuestos ajustados de nuestras producciones con respecto
a las americanas o inglesas.
Además, creo que el público debe hacer un esfuerzo por valorar y
realizar una crítica constructiva de nuestras series, ya que son resultado
de muchísimas horas de curro, un enorme talento detrás y delante de las cámaras
y muchos puestos de trabajo que dependen del apoyo que le de el público a
nuestras producciones.
Destacaría por último el gran trabajo de social media que
llevan a cabo los community managers, en concreto Isabel tiene una presencia
web realmente cuidada con una cantidad de contenido extra semanal que ayuda a
jóvenes y mayores a acercarse a la Historia.
Creo que
tanto los profesionales de la Historia y el Patrimonio Histórico así como los
docentes deberían aprovechar estas series y los contenidos extras que crean en la web porque suponen una oportunidad perfecta de hacer llegar
la Historia a todo tipo de públicos de una forma atractiva.
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