Ikea se merece vender, ya que han transformado algo tan vacío y tedioso como
comprar muebles en una verdadera experiencia capaz de modular la
percepción de tu vida.
Escribo este artículo en Ikea
Jerez mientras me tomo uno de sus cafés sentado en un sofalito
viendo pasar las parejas con y sin críos deambulando de aquí para allá como en
un parque de atracciones. Es curioso el olorcillo que flota en el ambiente,
no sabría deciros si proviene de los materiales que componen todo el stock expuesto
o de los tintes que los recubren, el caso es que es
un aroma agradable que es perceptible en toda la gran superficie y que no sé a vosotros pero a mí me da muy buen rollo. Probablemente no es algo estudiado (como el olor de las tiendas de Massimo Dutti) sino simplemente es que huele a nuevo.
Ya me he recorrido un par de veces todo el circuito,
perdiéndome por supuesto como manda la tradición. No he venido a comprar nada
(salvo mi café), he venido a sentir como es un negocio que sirve como muestra
perfecta de nuestro sistema socioeconómico actual. No hay razonamiento más
aplastantemente obvio que aquel que dice que todo lo que nos rodea es
cultura, todo es expresión de nosotros. Por eso si mañana el Ikea de
Jerez fuese sepultado por tierra y excavado dentro de quinientos años podría ser una instantánea muy fiel sobre como era
nuestro mundo allá por los inicios de la Era Digital.
Después de observar un buen rato he anotado unas cuantas ideas
muy chulas que los suecos de Ikea llevan a cabo en sus tiendas:
- Reflexiones y storytellings en torno a los materiales: En un mundo
como el de hoy donde todo parece hecho de plástico o sabe Dios qué, ellos te
dan a conocer los materiales con los que trabajan, aplicando incluso con
algunos la técnica del storytelling de forma que más que ingenieros y
diseñadores la marca parece que tuviese trabajando a verdaderos líderes espirituales
y sociales que buscan darle un giro a nuestra sociedad.
- Muebles para niños: Son espacios donde te invitan a potenciar
la creatividad de tu hijo, explorar la naturaleza y reutilizar materiales,
y no solo eso, sino que además le confiere un tremendo valor a la personalidad
del crío. Creatividad, ecologismo, pensamiento lateral, personalidad...justo
lo que el mercado laboral y la coyuntura social demanda en este contexto, ¿casualidad o genialidad?.
- Soluciones de espacio para “trabajar” en casa: Con los escritorios de IKEA
pasa como con los Ipads, los ves y te invitan a convertirte en un alma
creativa más con su granito de arena importante que aportar a este mundo. En un
planeta con seis mil millones de habitantes y subiendo, darle valor a cada
persona y sus posibilidades no es mala idea en absoluto.
- Amistad y familia no están reñidas con individualidad: Al menos
para IKEA eso es así, sus espacios están llenos de la alegría y la
vida que viene de compartir tu hogar con amigos o hijos, pero esto no quita
que le confieran también a tu individualidad un carácter casi sagrado.
- Conferir valor a creativos y desarrolladores: Carita
CarlsTröm, Nathalie Kamkum, Anna Palmberg o Tjeerd van Wwaijeburg. ¿Podrían
llamarse Paco y Manoli, verdad?, bueno pues son varios ejemplos de personas
responsables de los diseños e ideas que amueblarán tu casa. A esto se le llama darle
el valor que se merece al talento, que no es un numerito más en la base
de datos del staff, sino unos nombres y apellidos que merece la pena invitar a
conocer.
La verdad es que después de un rato curioseando muebles y más muebles
siento que la marca ha conseguido transmitirme una forma de entender el
trabajo y la vida, ya que es extraño pero el diseño me ha envuelto y al
menos durante un buen rato me ha hecho sentir que son la responsabilidad
y la honestidad unidas a la más elegante sencillez e inteligencia;
los valores o ideas-fuerza que mueven a los nórdicos y que muy, pero que muy
bien me harían si también me movieran a mí, y de camino por cierto también a
todos.
Pero no amigos, no voy a terminar el post como os imagináis invitándoos a ser más como los de Europa del Norte. No voy por ahí, aunque si
adoptamos un par de valores suyos tampoco nos sentaría tan mal. Lo que yo
pienso es: ¿por qué no hacemos lo mismo que los suecos y transmitimos al
resto de Europa lo mejor de nosotros a través del diseño?, ya lo hacemos
con nuestro turismo y nuestra gastronomía internacional, así que ¿por qué no
damos un paso más allá imaginando cómo sería un Ikea pero a la española?
Podríamos plasmar en diseño industrial
todo nuestro sentido de la vida y el carácter mediterráneo que tanto enamora fuera de España, nuestro saber vivir, nuestra cercanía, nuestros logros
como país y nuestro talento imparable.
Salones que transmitiesen la magia serena y pura de la Alhambra, dormitorios vivos e inquietos como un barrio de Barcelona, una sala de estar con la calidez y la hermosura de una plaza de Sevilla...por decir unas ideas, vamos. Si los suecos consiguen enamorarnos con lo inteligentes, trabajadores pero bien sosos que son; me parece que algo hacemos mal a la hora de vendernos ¿verdad?.
Salones que transmitiesen la magia serena y pura de la Alhambra, dormitorios vivos e inquietos como un barrio de Barcelona, una sala de estar con la calidez y la hermosura de una plaza de Sevilla...por decir unas ideas, vamos. Si los suecos consiguen enamorarnos con lo inteligentes, trabajadores pero bien sosos que son; me parece que algo hacemos mal a la hora de vendernos ¿verdad?.
Y para finalizar, imprimiríamos y distribuiríamos por toda Europa catálogos como hace Ikea con nombres en
nuestras revistas de diseñadores como Antonio, María o
Almudena, que no sé a vosotros chavales pero a mí me suenan mucho más glamurosos que
Kamkrum o Wwaijeburg.
Casi que cojo las llaves para irme al Ikea depués de ver la entrada. Es broma, pero lo que voy a contar es 100% cierto. Tengo una amiga aquí en Birmingham, es de Hungría pero habla un perfecto castellano, además de alemán e inglés. En su país era profesora de español pero es una persona muy aventurera y ha vivido en Ecuador, San Francisco, España y ahora Inglaterra. Después de mucho buscas encontró un trabajo en Ikea, y a pesar de ser un trabajo poco "cualificado" para lo que podría hacer, no podría estar más contenta. Por lo que me ha contado en Ikea no buscan a personas que solo esten unos meses, sino que motivan los contratos de larga duración (al menos aquí). Dicen que si un trabajor se aburre le cambian de sección y le ponen retos nuevos, que hay un buen rollo en general en toda la compañía. Además hay currículums internos de tal manera que si ella quisiera irse a España mañana podría optar fácilmente a un puesto en Ikea. Joder hasta a mí me entran ganas de trabajar en Ikea cuando termine el doctorado. No sé si es que los suecos son los líderes del buen rollismo pero mal no pinta ¿no?
ResponderEliminarLa verdad es que, al menos en principio, parece tener buena pinta trabajar allí independientemente de lo que cada uno estudie y quiera, yo creo que pasar por empresas así, en plan experiencia corta claro, siempre puede ser positivo para el perfil profesional de uno. Gracias por comentar!!
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