¿Sabíais
qué?, creo que a todos los jóvenes nos han educado de modo erróneo. Nos dijeron
que debíamos empollar y empollar para poder acceder el día de mañana a un
trabajo molón, y esto se traducía en entrar fijo en una gran empresa o a base
de oposiciones hacerte un día funcionario. Vamos, que si somos conscientes de
como está el percal hoy día, mucho me temo que a todos los de mi
generación nos prepararon para un mundo que no existe, y mucho me temo que
probablemente ya no vuelva por lo pronto a existir.
Podríamos discutir largo y tendido si vamos
por un camino totalmente equivocado, pero creo que el problema tiene un calado
mucho más hondo de lo que parece. Ya que no se trata de luchar contra un
sistema económico o una serie de poderes políticos, se trata que desde que
comenzó la Revolución Industrial unido a la gran evolución de la vida que está
suponiendo Internet, el mundo ya no gira por el poder de su órbita; al mundo
ahora lo posiciona Google.
¿Y esto cómo se traduce en nuestra vida
cotidiana? pues ya es más que evidente, todo está cambiando más y más rápido,
cada vez vivimos en un planeta más interconectado y cada vez la competencia es
más global, rápida y mejor preparada. Lo cual significa que ya no podemos
aplicar soluciones antiguas a problemas nuevos. Hoy encontrar un empleo no es
estudiar una carrera o un módulo y echar un currículum en tal o cual empresa
teniendo la esperanza que nos hagan fijo y entonces ya no habrá de qué
preocuparse. Esto es un sistema que desaparecerá, perdón, mejor dicho, creo que
tengo que deciros que ya ha desaparecido.
Hoy las nuevas soluciones para luchar contra
el paro está más que nunca en la formación continua, el aprendizaje y
aprovechamiento de las herramientas que Internet (independientemente de a qué
nos dediquemos) pone a nuestro alcance, la apertura de miras a través de todo
tipo de actividades e interacciones sociales; teniendo claro que en un mundo
cambiante y competitivo, solo podemos lograr nuestros objetivos si potenciamos
al máximo nuestra capacidad de adaptación.
Pero sobre todo lo más importante es tener
claro que tenemos un sistema educativo que camina justo en dirección contraria
a donde miran las necesidades del mundo actual. Ya no se trata de formar
jóvenes que pasen por los institutos como almacenes de información, ahora se
trata de crear seres humanos que sepan enfrentarse a un mundo siempre cambiante
y hostil, que es el que encontrarán cuando ellos terminen saliendo a la calle.
Pero no porque las cosas hayan cambiado solo
nos queda en nuestro camino un futuro de dudas y desilusión, con un panorama
más feo que el escaparate de una ortopedia. Más que nunca se deberá de enseñar
que debemos por encima de todo vivir sin miedo porque tenemos que creer en la
capacidad transformadora de nuestra curiosidad, creatividad y disciplina. Pero
sobre todo se debe enseñar, que por encima de convertirse en grandes
profesionales, iremos a ciegas si los jóvenes no aprenden en los institutos que
el primer deber innegable que debiésemos cumplir es legar a nuestros hijos un
país con más futuro y justicia, fruto de una lucha sin descanso por parte de la
sociedad española. Y el único camino es iniciar de una vez por todas un giro de
verdad y por completo en la educación pública en éste país.
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